Siempre me pasa lo mismo... cada vez que intento escribir sobre un espacio en blanco mi cabeza se llena de ideas que revolotean de un lado para otro, con lógica pero sin orden, alborotadas, desencadenando en mí una lluvia de sensaciones imposibles de frenar. Duro trabajo el de traducir sentimientos utilizando las palabras. Combinaciones de letras que en el orden y extensión adecuados provocarán poderosas emociones y en otras situaciones, simplemente, no dirán nada.